Teoría de la generación espontánea

Fue durante la antigua Grecia cuando surge esta idea que se ha mantenido viva durante más de dos mil años. La idea de la generación espontánea surgió también como una teoría materialista entre los griegos como Tales de Mileto, Anaximandro, Jenófanes y Demócrito (en el siglo V antes de Cristo). Se pensaba que del barro se generaban anguilas; de la lluvia, las ranas; de la carne en putrefacción, los gusanos y las moscas; etc. A partir de ello, dedujeron que esto se debía a la interacción de la materia no viva con fuerzas naturales como el calor del sol.

Posteriormente, Aristóteles (384-322 a. C.) la convierte en una teoría idealista él propone que la generación espontánea de la vida era el resultado de la interacción de la materia inerte con una fuerza vital o soplo divino que llamó entelequia.

El pensamiento de Aristóteles prevaleció por muchos años. Como ejemplo podemos destacar los trabajos de Jan Baptiste van Helmont (1579-1644) que realizó muchos experimentos sobre aspectos tales como el origen de los seres vivos, la alimentación de las plantas, etc.

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 Jan Baptista van Helmont

J. B. van Helmont, sostenía la teoría de la Generación espontánea, y sobre esta postura es muy conocida su receta para la creación de ratones: “Basta colocar ropa sucia en un tonel, que contenga además unos pocos granos de trigo, y al cabo de 21 días aparecerán ratones”. Por supuesto, los ratones “resultantes” no se creaban, sino que simplemente, llegaban al tonel.

Para comprobar que esta teoría era incorrecta, se realizaron experimentos por diferentes científicos interesados en echarla abajo. Esta idea sufrió un golpe en 1668 cuando Francesco Redi (1626-1697) en el siglo XVII, realizó un sencillo experimento: colocó pedazos de carne en frascos de boca ancha y dejó unos abiertos y otros herméticamente cerrados. A los pocos días encontró gusanos en los frascos abiertos, pero no en los cerrados.

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Francesco Redi

Sin embargo, esto no fue suficiente para probar que la carne, por sí misma, no originaba los gusanos. Los espontaneístas, es decir aquellos que pensaban que la vida se generaba espontáneamente a partir de cualquier material, afirmaron que la falta de aire en los frascos con tapa impedía la formación de los gusanos.

Entonces, Redi, antiespontaneísta muy ingenioso, repitió los experimentos, pero cerrando algunos frascos con una tela de trama abierta, como la gasa. Y en estos frascos tampoco aparecieron gusanos.

A pesar de que Redi demostró claramente que los seres vivos no nacen de la materia muerta, las ideas sobre la generación espontánea estaban tan arraigadas que seguían siendo predominantes.

Posteriormente, Anton van Leeuwenhoek (1632-1723), el inventor del microscopio, comunicó que había observado organismos microscópicos vivos en el agua de lluvia que había recogido en su tejado.

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Anton van Leeuwenhoek

Esto llevó a que algunos científicos admitieran la posibilidad de que los microorganismos se originasen por generación espontánea.

En 1745 J. T. Needham (1713-1781), realizó un experimento; hirvió caldo de carne para destruir los organismos preexistentes y lo colocó en un recipiente que no estaba lo debidamente sellado ya que según su teoría, se necesitaba aire para que esto se llevara a cabo.

John Turberville Needham

Luego de un tiempo observó colonias de microorganismos sobre la superficie y concluyo que se generaban espontáneamente a partir de la materia no viva.

Needhan

Más tarde, en 1769, Lazzaro Spallanzani (1729-1799) repitió la experiencia con más rigor. Se aseguró de calentar el caldo por más tiempo y a continuación cerró herméticamente los frascos.

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Lazzaro Spallanzani

En esas condiciones no aparecieron microorganismos. Esto no convenció a Needham, quien argumentó que el calor había destruido la “fuerza vital” que provoca la generación de microorganismos. Pero Spallanzani volvió a abrir los recipientes donde supuestamente se había destruido esa “fuerza vital” y observó cómo seguían apareciendo los microorganismos.

Spallanzani

Muchos espontaneístas creían que la esterilización por calor paralizaba la generación espontánea y argumentaron que los resultados de Spallanzani sólo probaban que la generación espontánea no podía ocurrir sin aire.

Por lo tanto, la controversia entre defensores y detractores de la generación espontánea seguía existiendo.

Como ves, la tarea no fue sencilla y no se dieron los primeros pasos firmes en contra de esta teoría hasta el año 1864, cuando el científico francés Louis Pasteur, con un sencillo experimento, logró por fin demostrar que no existía la generación espontánea.

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Louis Pasteur

Utilizó balones o botellas esféricas de vidrio con un largo cuello. En cada botella vertía caldo hasta cubrir la mitad de su capacidad. Después ablandaba el cuello del envase con la ayuda de un soplete y lo ondulaba hasta darle la forma de “S” o “cuello de cisne”. Luego, hervía el líquido hasta que por el extremo del cuello salía vapor.

Este proceso de hervido es una de las formas de esterilización o destrucción de los microbios. Pasteur dejaba enfriar los balones con lo cual comprobaba, algunos días después, que el líquido no se alteraba, aunque el aire ingresaba libremente por el extremo abierto del tubo en “S”. Justamente por esa forma del envase, las partículas de polvo y los microorganismos del aire quedan adheridos a las paredes del tubo.

Pasteur comprobó que si inclinaba el balón y el líquido entraba en contacto con el cuello o bien si cortaba el cuello del balón, en el caldo aparecían los microorganismos.

Louis-Pasteur

De esta manera Louis Pasteur mostró que los microorganismos no se formaban espontáneamente en el interior del caldo, refutando así la teoría de la generación espontánea y demostrando que todo ser vivo procede de otro ser vivo anterior (Omne vivum ex vivo), un principio científico que fue la base de la teoría germinal de las enfermedades y que significa un cambio conceptual sobre los seres vivos y el inicio de la Bacteriología moderna.

El padre de la microbiología

Hasta las investigaciones de Pasteur, se pensaba que la fermentación era un proceso únicamente químico, sin ninguna relación con los seres vivos. Mediante sus observaciones al microscopio, Pasteur demostró que tanto en la fermentación del vino como en la cerveza intervenían microorganismos vivos como elaboradores del producto: las levaduras. Pero además descubrió que el avinagramiento o acidificación del vino y de la cerveza se producía por causa de otros microorganismos aun más pequeños que las levaduras, las bacterias. Para evitar este proceso que arruinaba el vino y la cerveza, Pasteur inventó un procedimiento: calentaba las bebidas hasta que alcanzaban una temperatura aproximada de 70 ºC y luego las enfriaba rápidamente, con ello mataba los microorganismos. Esta técnica, que después se generalizó a todo tipo de alimentos líquidos, es conocida en su honor como pasteurización y es de suma importancia, tanto para conservar los alimentos como para garantizar que nos lleguen libres de los microbios productores de enfermedades.

También, Pasteur descubrió la intervención de microorganismos en la producción de enfermedades, que desde esa época se denominaron microbios patógenos, al comprender que ciertas enfermedades son causadas por microorganismos que se adquieren por contacto con algún componente del ambiente, fue posible tratar de evitar esos contagios. A partir de allí, se comprendió porque es necesaria la higiene personal y del ambiente, el agua potable y la esterilización del instrumental quirúrgico, y se desarrollaron numerosos productos y técnicas con estos fines.

Desde que se descubrió que existen microbios en todas partes y que algunos de ellos enferman, Pasteur centró su atención específicamente en determinadas enfermedades. Buscaba los microbios patógenos causantes del carbunco de los rebaños de ovejas, el cólera de las aves y rabia transmitida al hombre por la mordedura de un animal rabioso (por ejemplo, perros y murciélagos).

Por todos sus descubrimientos, relacionados con la vida microscópica, especialmente con los microbios perjudiciales para el ser humano y por la metodología que desarrolló para estudiarlos, Pasteur es considerado el padre de la microbiología.

Pasteur demostró que los seres vivos, incluso los microorganismos, sólo nacen de otros seres vivos semejantes y no espontáneamente de materiales muertos o inertes. Sostuvo que la putrefacción o descomposición de alimentos o materiales de origen biológico se produce por la acción de seres vivos sobre esos materiales y no que esos materiales en descomposición se convierten espontáneamente en seres vivos.

Desde la época de Pasteur se reconoció que los microbios están por todas partes y se comenzó a entender la necesidad de eliminarlos para poder evitar enfermedades y la destrucción de alimentos. También se descartó la generación espontánea, aceptando que, en la situación actual de la Tierra, la vida sólo proviene de sí misma.

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3 respuestas a Teoría de la generación espontánea

  1. viki dijo:

    Gracias muy buen artículo!

  2. panda dijo:

    muy interesante

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